Japón ha
sido un caso paradigmático, que atrajo la atención de los científicos sociales,
debido a que fue el primer país asiático que ingresó, por vía de la
industrialización, al mercado capitalista y que, a pesar de haber perdido una
guerra mundial, se convirtió en una de las mayores potencias. En torno a este
problema se ha dedicado especial atención a la transición del llamado
"período feudal" al Japón moderno de la era Meiji. (1)
En el contexto
vigente, frente a la realidad de los países del Tercer Mundo, se ha intentado
buscar en la historia del Japón una receta mágica, o un modelo a imitar para
escapar del subdesarrollo. Es necesario, primeramente, detenerse en el modelo
instaurado por la Restauración Meiji, para adentrarse luego en la situación de
crisis que vive Japón desde el comienzo del siglo XXI, y que ha llevado a
cuestionar el milagro económico de la posguerra en el contexto de la
globalización.
LA RESTAURACIÓN MEIJI
Japón a mediados del siglo XIX
tuvo que afrontar un traumático proceso de cambio económico, político y social
conocido como la Restauración Meiji, que dio inicio a la formación de la
sociedad japonesa capitalista. Lo hizo ante el asedio de las potencias occidentales,
reflejado en las "Guerras del Opio" contra China (1839-1843,
1856-1860) , y en plena crisis de su sistema militar de régimen señorial y
shogunal,
Algunos autores comparan con
el caso de la Revolución Francesa
Se necesitaba dominar a los nobles resistentes; reprimir las
revueltas provinciales y las agitaciones campesinas; indemnizar a los propietarios
señoriales y feudales; proteger y promover la industria; apostar la producción
de manufacturas estatales; y modernizar el estado, las fuerzas armadas y el
sistema burocrático. Para enfrentar los gastos del proceso de modernización el
nuevo gobierno se vio obligado a buscar sus recursos financieros en la tierra y
en los impuestos territoriales, tomados de los antiguos censos señoriales. Con
el fin de adaptarlos a las nuevas necesidades del estado, dichos tributos, que
se recogían en especie, se transformaron en impuestos en dinero.
EL MILAGRO JAPONÉS DE LA POSGUERRA
La Guerra dejó a Japón con
muchos desocupados, excombatientes desmovilizados, viviendas y fábricas
destruidas, y una inflación creciente. Pero también había elevado el nivel de
tecnología y de capacidad en la producción de la industria pesada, en el sector
de hierros, acero, maquinarias y químicos. Japón debió valerse de estas
condiciones y de la ayuda de los Estados Unidos (como el Plan Dodge de 1949),
para su recuperación económica.
Otra característica de esta época es el desarrollo de
producciones como el acero y la petroquímica,
artículos de consumo, cámaras fotográficas, televisores, motocicletas y , al
final, también automóviles. Japon se estaba convirtiendo en uno de los mayores
productores del mundo en los barcos, cámaras, televisores y automóviles. En
1970, algo mas del 30% de las exportaciones iban a EE.UU, alrededor del 15% a
Europa Occidental, y mas del 15% a Asiatico, donde los principales compradores
eran Hong Kong, Tailandia, Filipinas y Singapur.
INNOVACIÓN TECNOLÓGICA EN LAS PRINCIPALES EMPRESAS
Por una parte, rápida
expansión de las industrias acrecentó la competencia entre las empresas
gigantes y, por otra, ocupó más mano de obra. La acumulación masiva del capital
durante este período se debió ampliamente al desmoronamiento del poder obrero
en el taller. A medida que la patronal lograba prevenir la resistencia obrera
en la fábrica, se sentía más libre para aplicar las innovaciones tecnológicas,
agrandar la estructura de producción y, por lo tanto, obtener una plusvalía
suplementaria para su reinversión. Las innovaciones tecnológicas y la
racionalización [flexibilización] del sistema de trabajo tendía, en cambio, a
desintegrar más la solidaridad obrera.
La campaña "Cero Defecto", lanzada por los
norteamericanos, fue introducida en Japón con algunas reformas: En este sistema
los trabajadores de las grandes empresas son "voluntariamente"
organizados en pequeños grupos denominados Círculos de Calidad, CQ. Los CQ
estudian el proceso de trabajo, inventan nuevos métodos o elaboran mejoras a
los que existen y luego se los proponen a la patronal, a fin de promover la
calidad del producto y aumentar la productividad. Estas reuniones se llevaban a
cabo después de la jornada de trabajo y a menudo los participantes no recibían
pagos de horas extras por su participación en los CQ. Se pretende que la
participación en estos Círculos es "voluntaria", pero en realidad es
difícil para los trabajadores no participar en ellos, porque su paga y su
promoción dependen de la calificación. Las campañas del CQ tomaron diversas
formas, pero en general tuvieron todas objetivos comunes:
1) Lograr que los obreros
reflexionen desde el punto de vista de la patronal, o hacer penetrar la ideología
patronal en el mundo interior de cada obrero, impidiendo que estos obreros
tengan su propio mundo interior independiente que sobrepase el "mundo de
la empresa".
2) Atenuar el sentimiento de
aislamiento sentido por los obreros como consecuencia de las innovaciones
tecnológicas.
3) Empujarlos a la
competencia-rivalidad entre ellos para estimular la emulación.
4) Colocar la ideología y la
conducta de los obreros bajo el control minucioso y constante de la patronal.
5) Mejorar las perfomances y
mejorar la cantidad de los productos.
La fábrica Toyota implementó el sistema de reducción a la
mitad de la mano de obra empleada. Sony, empleó a jovencitas procedentes de
familias campesinas del noreste del Japón, quienes habían finalizado el primer
ciclo del secundario. Se les impuso el sistema de "pequeños grupos o
células". La empresa contaba con una escuela, y todos los jóvenes obreros
debían vivir en los dormitorios y la Sony, generosa, les daba la oportunidad de
continuar sus estudios. El fin principal de las células era el de hacer
trabajar más a las jovencitas. Las células se reunían dos o tres veces por
semana y cada miembro debía informar a sus compañeras de su nuevo objetivo de
trabajo. En caso de fracaso era humillada delante de sus compañeras. En este marco
la competencia establecida por la empresa que, aparentemente había sido creada
por las obreras mismas, no tenía límite. El tipo de control de trabajo aplicado
en la fábrica Atsugi, de Sony, a comienzos de los años 60, no puede ser
considerado como típico de toda la industria, puesto que cada gran empresa
tiene un "mundo interior" diferente. Sin embargo, existen parecidos
notables entre todas las grandes empresas privadas:
1) La organización integral de
los empleados de la empresa en grupos orientados hacia el interés de la misma.
2) Estructuración de los
trabajadores en una jerarquía que los divide, dando entre ellos un sentimiento
de privilegio en relación a otros.
3) Competencia-rivalidad
artificialmente organizada entre los trabajadores.
4) Un semi-colectivismo.
Imagen deformada del colectivismo obrero.
5) Intimidación, ostracismo y
en última instancia aplicación de la violencia física, ejercida por parte de
los guardianes de la empresa o los matones del sindicato o la policía, contra
los que no se amoldan.
6) Un "sindicato"
que trabaja como protector eficaz y a menudo el más violento de todo este
sistema.
Finalmente, en ciertos casos
extremos, empresas gigantes como la Toyota Motors, Hitachi Lda., Kawasaki Steel
Corp., Ochisso Company, anexan enteramente las ciudades en donde se asientan
sus principales fábricas

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